En el 2011 reaparece en Bissau un archivo de material cinematográfico y de audio. Casi totalmente destruido, este material da fe del nacimiento del cine de Guinea-Bissau, como parte esencial de la visión descolonizadora de Amílcar Cabral, líder de la liberación y asesinado en el año 1973. Con ayuda de los cineastas Sana na N’hada y Flora Gomes, así como con muchos otros aliados, Filipa César recrea un viaje por el cual este frágil material del pasado actúa como un prisma visionario, al igual que un estallido de obús, a través del cual podemos mirar. Los archivos, digitalizados en Berlín y proyectados en distintas ocasiones, como un cine itinerante trasnacional, provocan debates, historias y premoniciones. Desde los pueblos más aislados de Guinea-Bissau hasta las capitales europeas, estos rollos de película muda se convierten en un espacio a partir del cual buscar un antídoto para la crisis mundial.