Ron Dyens, premiado en Festival Internacional de cine de animación de Annecy con el Cristal por su corto de animación Man on the Chair, productor y eminencia gris de Sacrebleu Productions, describe la situación del corto de animación en Francia.
Vuelve Vd del Festival de Annecy con el Cristal del Cortometraje por Man on the Chair, que también fue seleccionado en la Quincena de Directores. ¿Podría Vd narrarnos la aventura de esta coproducción con Corea del Sur?
No fue tanto una coproducción con Corea del Sur sino más bien con la directora. Hace algunos años, iniciamos una colección de cortos sobre el tema de la desobediencia con el siguiente sistema: proponemos a un autor, joven o experimentado, que dirija un filme (animación, experimental, documental, ficción) de un mínimo de 4 minutos. Se le deja entera libertad en cuanto al contenido, lo único que se le exige es que el proyecto guarde relación con el tema elegido, la desobediencia, sin que la producción tenga, por lo demás, ningún control sobre el script. Cuenta con un año para la realización y se le remunera mediante un contrato repartido, a partes iguales, entre derechos de autor y sueldo de técnico de dirección. Luego, nosotros nos ocupamos de la distribución y le reintegramos 50% de la recaudación, una vez deducidos los costes de promoción y distribución.
Hasta la fecha hemos reunido una docena de filmes, algunos de ellos con grandes éxitos: selección en Venecia o Cannes, Oso de plata en Berlín, Cristal en Annecy, ventas a televisiones…
¿Qué impresión ha sacado de su participación en el Festival de Annecy ? ¿Puede Vd confirmarnos que dicho evento es ya paso obligado para una entidad como Sacrebleu Productions ?
¡Claro que sí y no sólo desde esta última edición ! Al combinar corto, largo y serie, el Festival de Annecy se asegura una "autosuficiencia": la serie es el arma financiera, gracias sobre todo al MIFA (mercado cinematográfico), el largometraje, el prestigio, gracias en especial a las proyecciones de gratuitas al aire libre y el corto suscita interés por su carácter innovador y creativo atrayendo, junto con los largometrajes, a un gran número de estudiantes.
¿Cómo valora el estado de la producción de cintas de animación en Francia siendo Vd. independiente?
Hay cosas buenas y malas. Desde luego, nadie podría despreciar las numerosa ayudas, tan necesarias, que tenemos la suerte de recibir ya sea del CNC - Centre national du cinéma et de l’image animée, de las regiones o de las televisiones …, pero no hay que olvidar que en el coste de producción de una cinta de animación la masa salarial es un elemento preponderante, mucho más que en el caso de una película con tomas de escenas reales. Y como no podemos prescindir de esta mano de obra tenemos que contar con suficiente financiación para nuestros filmes. Sólo así podremos hacer frente a los plazos de fabricación y al pago de las elevadas cargas sociales que se cobran en Francia.
Por desgracia, tras un empujón fuerte hace algunos años, últimamente las ayudas se han estancado o incluso se han reducido. Es una pena que esto ocurra precisamente ahora en que las productoras de películas rodadas en la realidad se están aventurando al terreno de la animación. Existe actualmente una auténtica dinámica, máxime cuando 500 jóvenes diplomados salen todos los años de escuelas de animación públicas o privadas.
Tenemos la impresión de que se está agotando el sistema. La coproducción es sin duda una posible solución siempre y cuando no se reduzcan por ello las ayudas atribuidas a las películas de iniciativa francesa; Si así fuera, se correría el riesgo de que parte de la fabricación de los cortos siguiera el mismo camino de tantos largometrajes de animación que acaban fabricándose fuera de Francia. Es un fenómeno que afortunadamente están combatiendo actualmente, entre otros, los poderes públicos concediendo « créditos de impuestos » o desgravaciones (que por desgracia todavía no se aplican a los cortos).
En resumen, yo diría que ha habido una reacción enérgica pero que no hay que darse por satisfechos aún. La animación crea empleo como bien lo saben nuestros amigos belgas o chinos.
Después de realizar unos cincuenta cortometrajes, Sacrebleu Productions está ahora preparando varios largometrajes. ¿Va a ser el largometraje el futuro de Sacrebleu ?
En un principio, Sacrebleu no se creó para producir largometrajes como tampoco tuvimos entonces intención de dedicarnos a la animación. Pero lo que distingue a un productor es la curiosidad y los medios que está dispuesto a emplear para colmarla. Dado nuestro apego, el corto seguirá siendo un elemento esencial de nuestro ADN pero no nos cerramos a nada por miedo a envejecer prematuramente.
El filme Man on the Chair lo podrán ver nuestros socios de UnIFrance, en la Short Film Gallery.
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