Al obtener el Oscar a la Mejor película extranjera, Le Fils de Saul premia a Hungría pero también lo hace a Francia a través de Playtime, la exportadora francesa que vendió la película en el mundo entero, prueba fehaciente de la gran experiencia de nuestras sociedades en este campo.
La 88 ceremonia de los Oscars honra a la cinematografía francesa no sólo por reconocer algunos de sus talentos más prometedores como Deniz Gamze Ergüven (Mustang) sino también por su excepcional capacidad de revelar, al mundo entero, ciertos directores extranjeros como el anglo-palestino Basil Khalil (Ave Maria), producida por el francés Éric Dupont, o bien el brillante húngaro László Nemes en quén recae el Oscar a la mejor película en lengua extranjera, Le fils de Saul, impactante ópera prima de cuyas ventas internacionales se ocupa Playtime y su director de ventas en Europa François Yon (en la foto, durante la ceremonia de los Oscar, al lado de László Nemes).
Este galardón aporta además una prueba más: la de que las exportadoras francesas desempeñan actualmente un papel esencial ya que dan vida y facilitan la distribución de un cine diferente del que suelen proponer los grandes operadores internacionales, sin por ello perder su dimensión auténticamente universal. Un motivo de orgullo para nuestro país.