Creada en el año 1997, The Klockworx Co Ltd empieza fabricando VHS para el mercado de alquiler. Tetsu Negami se incorpora dos años más tarde, a título de comprador e introduce en la empresa la distribución en cines. El mercado del alquiler evoluciona, pero en Japón, se mantiene muy activo, lo cual supone una excepción a nivel mundial. The Klockworx contribuye a esta excepción, manteniendo esta actividad. Hoy en día, esta empresa, cien por cien independiente, distribuye un gran número de películas (38 en el 2018), de todos los países y para todos los soportes. Recientemente han adquirido The Wolf's Call y Jessica Forever.
The Klockworx ha distribuido unas 40 películas francesas desde comienzos de los años 2000. ¿Cuáles han sido las películas que mejor han funcionado?
Sin lugar a dudas, La Familia Bélier, que adquirí a SND, y con la cual obtuvimos 90 000 entradas. Para mí, un dólar invertido, entre el MG y el márketing, si aporta 10 dólares al final, hemos ganado. Si aporta dos, hemos perdido. Esto ocurre con el cine francés de vez en cuando. Así ocurrió con The Squad, con Jean Reno. No sabría decirle cuántas películas francesas estrenamos por año, pero es un número creciente, por una razón de tipo contable: cuantas más películas estrenamos, más posibilidades tendremos de aumentar las ganancias, por muy pequeñas que sean. Hace algunos años, una sola película nos bastaba para obtener grandes beneficios, pero el mercado ha cambiado mucho desde entonces. Se ha fragmentado. Para sobrevivir, tenemos que multiplicar los estrenos, es como ir al casino. Cuanto más juegas, más posibilidades tienes de ganar, aunque sean pequeñas cantidades. Los precios no cambian, siguen igual. Pero, al mismo tiempo, el número de distribuidores de la competencia va en aumento. Es una huida hacia adelante.
¿Tienen una política de adquisiciones específica, en relación con un género o con un público al que se dirigen de manera particular?
No, nuestra gama de películas es extremadamente amplia, aunque personalmente me encanta el cine negro. Podemos distribuir una película europea por 10 000 euros en DVD directamente y en seguida podemos pasar a una gran película de acción con Mark Wahlberg. Si vemos que podemos hacer negocio, ¡no dudamos un segundo!
¿Qué opinión tiene sobre el público japonés que va al cine, sobre sus gustos?
Es un público que está envejeciendo… ¡como yo! La industria del entertainement ha evolucionado muy rápido con la llegada de la digitalización y al público «maduro» le cuesta adaptarse. Los cines en Japón se sitúan a menudo en centros comerciales, que se vacían poco a poco por las compras por Internet. Los cines son pues víctimas colaterales. Hay que añadir además que el público joven está perdiendo interés por ir al cine, los jóvenes se sienten mucho más atraídos por la pantalla del móvil. ¿Cómo motivarles para que gasten 1 500 yen (unos 12 euros) para ir al cine? Lo que sí sigue funcionando son las grandes producciones japonesas, como Toho y las películas de Disney. Este año, este tipo de cine representa la mitad del volumen de negocios de los cines de Japón. Si nosotros mantenemos los estrenos de películas extranjeras y en francés, es porque nos gustan y ¡también para arriesgar! Pero ahora estamos empezando un nuevo modelo de negocio, con la llegada del day-and-date. El problema es que en Japón, los cines son propiedad de las empresas Toho, Shochiku o Toei, que nos hacen la vida imposible. Películas como Le Chant du loup, el cine sobre submarinos tiene mucho éxito en Japón como home entertainement, o como Jessica Forever, cada una a su nivel, se adapatarían muy bien al sistema day-and-date, o sea, un estreno en salas y un estreno digital el mismo día y al mismo precio. El estreno en cines es fundamental por la cobertura informativa que genera. Varios cines nos han rechazado la propuesta, pero nosotros insistimos y algún día lo conseguiremos. Hemos pensado también, para sobrevivir, producir algo de contenido japonés para Amazon y Netflix. Es una idea que esperamos nos permita recaudar dinero para seguir trabajando como distribuidores de un cine variado, pues tenemos muy claro que no queremos parar. ¡Nos gusta el cine y nos gusta arriesgar, está claro! Pero hay otra cosa clara: las cosas nunca serán como antes.