Por Serge Toubiana y Daniela Elstner, Presidente y Directora General de Unifrance.
Desde hace casi dos meses, el COVID-19 ha sumido nuestro planeta en una situación sin precedentes. La cultura y aquello que nos ocupa en concreto, el cine, se encuentran afectados de lleno en esta crisis. Los cines llevan cerrados seis semanas, con algunas excepciones – Corea del Sur, Taiwán, Suecia. La apertura no está prevista hasta dentro de varias semanas, incluso de varios meses, hasta que el peligro sanitario no esté eliminado por completo. Los principales festivales y mercados de cine (Festival de Cannes, Karlovy Vary, Locarno, La Rochelle y bastantes otros más, mientras esperamos conocer si Venise y Toronto se podrán hacer en septiembre) se han ido anulando, unos tras otros. La industria mundial del cine independiente se encuentra en peligro, los distribuidores y cines independientes están a punto de quebrar, sobre todo en los países en los que las ayudas públicas al sector del cine son menores que las de nuestro país.
En Francia, varias decenas de rodajes de películas y series se han anulado o interrumpido, provocando importantes pérdidas económicas, sin garantías por parte de las aseguradoras. Además de la frustración que ello conlleva por el lado creativo, se trata de una verdadera catástrofe económica para productores y financiadores, primeras víctimas, así como para los autores, artistas, técnicos y otros trabajadores temporales del sector, sin cuya participación no se podrían hacer las películas. Nuestros vecinos y amigos europeos, con quienes nos sentimos solidarios, están viviendo la misma situación. El año 2020 se recordará como un año negro para la industria del cine y del audiovisual y el 2021 se anuncia de manera incierta, ya que en él incidirán directamente las consecuencias económicas y sociales de la crisis que estamos atravesando.
Aún así, cabe decir que desde el principio del confinamiento, el consumo tanto de cine como de series ha sido constante, cotidiano y muy frecuente por parte de nuestros compatriotas confinados en sus casas, solos, en pareja o en familia. Es así como el cine francés ha estado en los hogares, tanto en Francia como en todo el mundo, o bien a través de festivales, en sus versiones digitalizadas, de estrenos en «cines» virtuales o directamente en plataformas. Si la oferta de cine francés en el extranjero ha sido tan intensa, se debe porque es el fruto de una política y una voluntad de exportación sólidas y potentes que Francia siempre ha llevado a cabo.
Si en Francia parece que se empieza a organizar la desescalada a partir del 11 de mayo, las perspectivas para la industria del cine no están nada claras. Y así permanecerán hasta que las autoridades públicas no hayan respondido claramente a tres preguntas concretas:
1. ¿Cuándo podrán abrir los cines públicamente?
2. ¿Cuándo podrán empezar los rodajes de películas y series?
3. ¿Cuándo se podrá celebrar de manera colectiva el cine a través de los numerosos festivales y eventos que se celebran en nuestro país, y de los grandes encuentros internacionales con mercados cinematográficos?
¿Cómo volverá a nacer el cine francés, tras esta crisis sanitaria cuyas consecuencias son devastadoras a nivel mundial? ¿Cómo volver a construir nuestra industria, y sobre qué bases? ¿Querrá el público volver a los cines para descubrir las novedades? ¿Cómo encontraremos a los socios extranjeros de nuestro cine, a esos distribuidores y exhibidores, la mayoría de ellos independientes, que semana tras semana, ofrecen nuestro cine a su público, en todo el mundo? ¿Cuál va a ser el nuevo equilibrio que habrá que mantener, entre la distribución en cines y la distribución digital? Estos son los planteamientos que nos acucian en estos momentos de crisis.
Desde UniFrance, seguimos apostando por la escena internacional. Una apuesta que se basa en una solidaridad urgente y necesaria entre las industrias cinematográfícas del mundo entero, y en especial, las de Europa. Una apuesta que se basa también en la certeza de que el cine francés es apreciado en el mundo entero, porque transmite valores cercanos a la libertad y la diversidad. Una apuesta basada en la idea de que tendremos que librar diversas batallas para volver a conquistar al público; batallas en las que UniFrance acompañará a los demás profesionales con sus propias herramientas, que tendrá que adaptar sin tardar a las nuevas situaciones que encontrará.
En primer lugar, la batalla de la difusión en línea: como complemento a las ofertas de las plataformas, la iniciativa de un segundo lanzamiento de MyFrenchFilmFestival, durante marzo y abril, ha demostrado ser un gran éxito, alcanzando más de 1 millón de vistas a día de hoy: proponer en línea primero 70 cortometrajes y más adelante 20 largometrajes franceses, subtitulados en 10 idiomas y disponibles en el mundo entero, ha sido una manera de asegurarnos que el cine francés está presente en las redes de difusión virtuales. Los profesionales deben explorar estas otras vías que existen, deben negociar con las plataformas y así poder alcanzar un mayor rendimiento de nuestro cine, de nuestros artistas y productores y agentes de ventas.
A continuación, la batalla de los medios de comunicación: bajo el título de «Seguimos en contacto», varios artistas franceses se han prestado a una serie de entrevistas que UniFrance ha organizado con periodistas extranjeros, y que ya han sido publicada en España, Japón, Italia, Brasil, Gran Bretaña, entre otros. Se trata de un primer paso que tendremos que reforzar, ya que hemos tomado conciencia de la importancia de los medios de comunicación tradicionales en tiempos de crisis.
La batalla de los cines, la más importante de todas las batallas, que tendremos que librar todos juntos, sobre todo a nivel europeo: ya se están gestionando una serie de iniciativas. Concretamente, vamos a participar activamente en una campaña a nivel europeo para incitar al público a volver al cine, en cuanto éstos estén abiertos. Mientras tanto, seguimos apoyando a los distribuidores extranjeros, que son los primeros aliados del cine francés que se ve en los cines, gracias al dispositivo de ayudas selectivas que gestionamos a través del CNC.
La reanudación del circuito de festivales y de mercados de cine internacionales, es la última de estas batallas, aunque no la menos importante, ya que es fundamental para el éxito internacional y nacional de nuestro cine.
El mercado virtual de Cannes, que tendrá lugar del 22 al 26 de junio, será una cita crucial para los agentes de ventas y productores, ya que será la ocasión para retomar contacto con los profesionales de todo el mundo. Se trata de un primer paso antes de que, esperemos, nuestras películas puedan volver a circular poco a poco en los festivales y en los cines, después del verano.
Ya estamos construyendo el futuro del cine, tanto en Francia como en el resto del mundo.
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