En esta colección de entrevistas titulada «Seguimos en contacto», cineastas, actrices y actores franceses, todos confinados estos días, han charlado con una serie de periodistas de cine extranjeros, para quienes el cine francés sigue siendo una mirada y una forma de expresión que abre horizontes.
En esta entrega realizada a distancia, y la última de la serie, UniFrance ha puesto en relación al actor Alexis Manenti, revelado mundialmente gracias a Los Miserables, con la periodista italiana Aline Arlettaz, que escribe para Vanity Fair Italie.
Aline Arlettaz: Cuando empezó el confinamiento, ¿dónde se encontraba?, ¿Qué proyectos tenía entre manos?
Alexis Manenti: Me encontraba en París, y he tenido mucha suerte ya que ninguno de los proyectos que tenía entre manos ha tenido que pararse, excepto mi camino hacia la gloria (risas). Justo cuando acabo de recibir el César, me he tenido que encerrar en casa con él. Y yo que pensaba que me había convertido en una estrella, que iba a estar firmando autógrafos y haciendo selfies en las terrazas de los cafés… nada de esto ha ocurrido (risas). Estoy en casa, solo, mirando mi César. De hecho, el César se lo he dado a mi madre, que lo ha colocado encima de la mesa del salón, muy orgullosa. Bromas a parte, este premio ha cerrado la campaña de promoción de Los Miserables. Pensaba que me iba a poner a trabajar en seguida y que dispondría de tiempo para concentrarme en los nuevos proyectos.
¿A qué se ha dedicado durante el confinamiento?
He aprovechado para descansar un poco, pues hemos estado viajando bastante. También he logrado terminar el montaje de un cortometraje de la Adami, que he realizado con Damien Bonnard. No ha sido fácil acabar el montaje por teléfono y por vídeo-conferencia, teniendo en cuenta que la montadora estaba en Bretaña y nosotros en París. El montaje es la etapa más delicada, no siempre estábamos de acuerdo en todo, pero la experiencia ha sido muy interesante. Al final, lo hemos conseguido, aunque por desgracia, vamos a tener que esperar a Cannes 2021. También he escrito otro cortometraje con un amigo actor, Olivier Barthélémy, y también he empezado a trabajar con Ladj Ly en el proyecto de una serie…
¿Ha estado leyendo, o viendo películas o series?
Para serle sincero, estaba demasiado preocupado con todo lo que estaba ocurriendo, y con el futuro de nuestro planeta. He visto algunas películas de Bertrand Blier, que es un cineasta y un guionista estupendo al que admiro. He podido volver a ver Demasiado bella para ti, Traje de etiqueta y Buffet froid, con las que he disfrutado enormemente. Pero sobre todo, he comprendido que en aquellos tiempos había más libertad artística, y que es un tipo de cine que encajaría difícilmente hoy en día. Ello nos ayuda a darnos cuenta de que las cosas han cambiado en cuanto a libertad de expresión y de producción se refiere.
Estos días, hace prácticamante un año, se paseaba por la alfombra roja del Festival de Cannes. ¿Se lo ha estado rememorando?
Sí, me han entrado la nostalgia y la melancolía. He llamado a Ladj Ly, y luego he charlado con todos los miembros del equipo y hemos estado rememorando aquellos momentos increíbles. Resulta extraño, pues parece que fue ayer y, en realidad, tenemos la sensación de que ocurrió hace tiempo, con todo lo que acabamos de vivir. Es como si la noción del tiempo hubiera cambiado totalmente. Y, después de Cannes, con todos los viajes que hemos hecho por el extranjero, ha sido muy enriquecedor, pues he podido comprender cómo funciona el cine en otros países y las distintas reacciones del público ante nuestra película, con gran sentido político.
¿Algunas reacciones del público le han emocionado?
Cada vez que he presentado la película, me he sentido emocionado. Cuando viajas, te das cuenta de la suerte que tenemos en Francia de poder ir la cine tan fácilmente y de disfrutar de una situación económica que, a pesar de todo, permite a los jóvenes ir al cine. Ya que cuando viajas, descubres que en ciertos lugares estas posibilidades no existen. El cine de autor en el extranjero se ha convertido en un lujo, y mucha gente no puede permitirse ir al cine. Con lo cual, la cultura es un poco como un elemento confiscado por ciertos poderes públicos.
Durante el confinamiento, le hemos visto a menudo en televisión, en la serie «The Eddy», dirigida por Damien Chazelle, y difundida por Netflix. ¿Ha sido una experiencia interesante trabajar con él?
Sí, ha sido genial, tanto trabajar con él como trabajar para una serie Netflix; ha sido una experiencia completamente nueva para mí. Es una maquinaria enorme, ha sido muy enriquecedor trabajar con un director extranjero, con un Óscar en su haber, descubrir su manera de dirigir y también ha sido estupendo rodar con actores extranjeros, como André Holland.
¿Piensa que se va a poder volver a rodar pronto?
Estoy completamente seguro, creo que se va a poder rodar mucho antes de lo que imaginamos. De todas maneras, vamos a tener que seguir viviendo así todavía durante algún tiempo. Sin embargo, el cine siempre ha resistido, ya sea a las guerras, a todo tipo de crisis, siempre ha sabido renovarse y reinventarse. Quizás es ahora el momento para crear otro tipo de cosas: hacer películas más pequeñas, más intimistas, sobre otros temas. Charlando con mi amigo Romain Gavras, me comentaba que hoy en día es bastante difícil escribir o preparar películas, ¡ya que todo lo que está ocurriendo a nuestro alrededor es en sí una película!
De todas formas, las plataformas han mantenido una propuesta abundante durante el confinamiento. ¿No cree que existe el riesgo de que la gente vaya menos al cine ahora?
Siempre he pensado y creído en la importancia de los cines y que la gente no renunciaría a ir a ver una película al cine, ya que es una experiencia única. El hecho de que la gente haya visto películas durante el confinamiento, demuestra la necesidad que tienen de ver cine para evadirse. Por ejemplo, me parece fenomenal que Netflix haya programado películas de Truffaut, ya que lo que prima es el contenido de las plataformas, y no los medios de los que disponen para la difusión.
¿Cuáles son sus proyectos en la actualidad?
De momento, estoy leyendo varios guiones y esperando a ver qué pasa. Tenía que ir a Belgrado en junio para rodar mi primer cortometraje, pero el proyecto está paralizado por el Covid-19.
¿Qué le preocupa en estos momentos?
Lo que me preocupa un poco es que se cree la tendencia a aislarse individualmente o quizás a un repliegue comunitario, o también las divisiones sociales que se han creado y que van a ir aumentando.
¿Cuál es su estado mental hoy en día?
Me siento más bien esperanzado, aunque también preocupado… pero no dejo de tener esperanza. Además, el cine no es un arte cauteloso, ¡es un arte en el que siempre se corre algún riesgo!
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