Llegué a Argentina el martes pero mi película no se presentaba hasta el jueves
*Tenía pues dos días por delante para conocer la ciudad y dsifruté muchísimo deambulando por sus calles soleadas y adornadas con flores, al estilo un poco del Soho de Nueva York. Es curioso, enseguida sentí una fuerte impresión de ligereza, de despreocupación : me pareció que la gente se reía más que por aquí y eso me gustó. Me recibió Alejandra Cordes, directora de la semana del cine francés con su casi-marido Alejandro (se casaban a los 15 días), distribuidora argentina de la película. Durante los almuerzos en que cada vez nos servían un buey entero que había que terminar, me contaron que ya desde hacía varios años las cintas europeas (y las francesas en particular) estaban perdiendo mucho terreno en Argentina. La extensión de la 3D parecería ser la causa. En un país sin una verdadera red de cines de arte y ensayo la gente sólo puede acudir a los multicines donde se da prioridad a las grandes producciones americanas. Pero me decían que existe sin embargo un auténtico público para el cine europeo y francés. Los argentinos se consideran los europeos de América, en Buenos Aires, en particular. De ahí la utilidad de celebrar esta semana de cine francés que además gusta tantísimo al público. Todas las sesiones estaban repletas y para mi cinta hubo que dejar fuera a mucha gente.
Yo me quedé en la sala durante la proyección disfrutando de las risas del público. Siempre pensé que mi películas era muy francesa, que mostraba nuestras obsesiones y por eso me daba curiosidad saber lo que pensaría un público tan alejado en todo de la realidad francesa. Pues bien, no hay duda de que provocó entusiasmo en el público argentino: hay obsesiones argentinas que recogen las francesas. El pasado que no pasa, la pasión por la res política, un cierto gusto de la provocación… y debo decir que las entrevistas con la prensa me confirmaron mi sensación de que la película tenía gancho para los argentinos. El estreno (en junio) se presenta bien. Lo único, considero una pena el título elegido para Argentina "El signicado del amor" , que no guarda relación alguna con el francés. Pero parece ser que allí para que triunfe una película francesa tiene que aparecer la palabra « amor » en el título. Hubo un a recepción en la Embajada de Francia con motivo del festival Conocí a muchos expatriados per lo que más me divirtió fue la aparición de Mirtha Legrand, una artista conocidísima que lleva 50 años presentando una emisión muy popular por televisión: sus ochenta bien sonados, empolvada por todas partes, una diva de color de rosa. A su llegada se produjo gran revuelo de cámaras y micros, todo el resto dejó de existir …Me pidieron que posara a su lado y accedí gustoso. Su aparición me dio que pensar sobre el star system : una anciana ; para mí desconocida y un tanto ridícula, por cierto, que desata pasiones a argentinos (y expatriados). Visto desde fuera lo encontraba extraño, exagerado pero cuando en Francia me encuentro al lado de alguna estrella francesa encuentro lógico que se precipiten los fotógrafos, la gente gritando pidiendo autógrafos y todo lo demás… Todo es relativo.