En 1932, en un recondito lugar de la Mosela, en la region de Lorena, Tomas Bata que aspira a calzar a toda la humanidad, decide construir una fabrica de calzado y una urbanizacion modelo para los obreros: Bataville.
Fabula de la felicidad obligada, encarnada en esa utopia que tanto da que pensar sobre el paternalismo patronal, su lado afable y tremendo a la vez.