Podría tratarse de una leyenda, pero es una historia real, la historia de un intento de asesinato en regla, la exclusión de un grupo de variedades de cepas... Desclasificados, estos vinos prohibidos han sido acusados de todos los males, de tener mal gusto y de de causar la locura. ¿Qué crimen han cometido? Resistir. Resistir a las enfermedades, tener capacidad natural para adaptarse a los cambios climáticos y librarse de los pesticidas y de otros productos que inundan la viticultura moderna. Una serie de cultivadores rebeldes, saltándose una legislación extremadamente hostil y a pesar de la muy mala reputación de estas variedades de cepas, han seguido cultivando el producto prohibido, convencidos de su verdadero valor. Las cepas de la resistencia no han dicho su última palabra.