Una mezcla de blues y rocanrol: este es el secreto de una revolución con éxito. Cuando llegué a la fábrica de equipamientos automóviles GM&S, en pleno centro de Francia, y con visos de cerrarse, sentí que tendríamos pronto un concierto excepcional.
Y así fue: los empleados, que habían aguantado hasta lo insoportable, habían compuesto la letra, la música la habían compuesto seres humanos determinados a saltarse todas las reglas, incluso las de la lucha... Y como el sonido estaba lo suficientemente alto como para atraer a los medios de todo el país, el concierto se escuchó en toda Francia. Yo estaba allí, cámara en mano, y pude hacer mi película gracias al lirismo desenfrenado de estos hombres y mujeres, allí presentes.