La famosa tetralogía dirigida por Lana y Lilly Wachowski se ha convertido en un auténtico objeto de la cultura pop, marcando a generaciones enteras. El documental The Matrix: Generation trata sobre este fenómeno y recorre una serie de temas poco tratados en los otros proyectos ya realizados sobre esta tetralogía. Benjamin Clavel, el director del documental, acudió al Rendez-vous de Unifrance en Biarritz para presentar su obra. En la entrevista, nos explica el punto de vista en el que decidió situarse. Estelle De Araujo, Subdirectora de Ventas para The Party Film Sales, nos habla de las reacciones de los primeros compradores extranjeros, justo después de haber descubierto el documental.
Unifrance: ¿Cómo se le ocurrió la idea de hacer esta película, de tratar sobre este tema?
Benjamin Clavel: La idea no fue mía, sino de Julien Abadie y de Jérôme Dittmar, los dos autores con los que he trabajado. Julien Abadie es un autor que vive hoy en día en Montreal y que ha escrito un libro sobre Speed Racer, una de las películas de las hermanas Wachowski. Junto a Jérôme Dittmar, el montador, querían hablar de Matrix en una manera más amplia y accesible que en un libro especializado, con el sueño, o al menos el fuerte deseo, de acabar haciendo un documental. Para hablar de cine, lo mejor es hacerlo con el cine mismo.
Jérôme conocía a Dominique Barneaud (Bellota Films), el productor, de un antiguo proyecto. Entonces Dominique vino a mi encuentro. Evidentemente, el proyecto me interesó en seguida. El tema no estaba orientado del todo como lo está ahora. Ello supuso un trabajo enorme, tuvimos que tratar todos los temas que nos parecían importantes para un soporte audiovisual y adaptado a la ventana de ARTE, ya que esta era la televisión que tuvimos desde el principio. Pero a pesar de todo, fue un trabajo fascinante, una tarea realmente minuciosa, desmenuzar el mensaje y llegar al corazón y al alma de lo que querían decir las Wachowski. En la dirección, la escritura de la voz y en toda la formalización del proyecto, hice resurgir los temas que me parecieron más importantes y evidentes en aquel momento.
Como ya había dirigido otros documentales, era evidente que ya había pensado en realizar un documental sobre las Wachowski o sobre Matrix, pero nunca hasta entonces me había puesto a trabajar sobre ello. Cuando se es director o autor, siempre se tienen una decena o una quincena de proyectos en mente, esperando a que salga la oportunidad para realizar alguno de ellos. Matrix no era un proyecto ya finalizado, pero sí lo tenía en mente. Para mí fue un auténtico placer poder ponerme a trabajar en él, sobre todo desde un punto de vista tan relevante como el de los dos autores.
¿Cómo describiría el documental en algunas líneas? ¿En qué se diferencia de otros proyectos ya realizados en torno a esta saga de culto?
Benjamin Clavel: Es una película muy agradable de ver, que incluye todos los hitos y momentos clave de la saga. Por un lado, cuenta con un aspecto muy agradable, el del entretenimiento, y por otro, profundiza en unos temas que hasta la fecha no se habían explorado. El documental es bastante singular, toma una dirección distinta a la de otros documentals hechos sobre Matrix. Aquí consideramos a Matrix como un elemento de la cultura pop, en el que la realidad atrapa a la ficción. Aunque es un documental denso, también explora temas que muy poca gente se ha planteado, por ejemplo, sobre la relación con la psicodelia en los años 1960 y 1970, tema que se ha evocado muy poco, en todo caso en forma de documental.
También me gustaría destacar el formidable trabajo que ha hecho Sébastien Iglesias, autor de las ilustraciones que acompañan la narración, y de Baptiste y Pierre Colleu a cargo de la creación de la música original.
La dimensión política y vanguardista de Matrix es evidente, ¿cómo consiguió hacer suyo este tema?
Benjamin Clavel: En realidad, descubrí Matrix en el cine a los 17 años. A esa edad, se suele ser muy optimista, se tienen sueños, ganas de hacer muchas cosas y además estaba bastante comprometido en política. Como lo digo al principio de la película, pensé que Matrix sería un taquillazo americano que no me ayudaría mucho a avanzar en mis búsquedas filosóficas o del pensamiento. Por eso he querido tratar sobre el tema político, presente en todas las películas de las Wachowski, ya que en aquella época lo viví como una contradicción. Una película americana de gran presupuesto, producida por la Warner Bros., con una importante campaña de marketing, no podía tener las connotaciones políticas o mis mismos ideales. Y sin embargo, es realmente una película de su tiempo, que se estrena a principios del altermundialismo. Algo está ocurriendo en esos momentos respecto a un capitalismo abrumador.
La cuestión política es tratada en segundo plano, a partir de cuestiones estéticas y filosóficas. Las Wachowski no son directoras de un cine abiertamente político, sino más bien de un cine de entretenimiento y de ciencia ficción. La dimensión política se deriva del alcance filosófico de sus películas. Pero tengo que añadir un matiz: igual que todas las grandes obras que se convierten en clásicos, se las vuelve a interpretar según la época. Esto queda muy patente en el documental.
Su documental se cierra con dos preguntas: «¿Qué es real y qué no lo es?» y «¿Es importante diferenciar los dos?». ¿Cuál es su opinión como director de documentales?
Benjamin Clavel: La imagen es siempre real. De hecho, incluso cuando nos referimos al mundo virtual, siempre se habla de algo real. El tema no es realmente diferenciar lo real de lo virtual, sino saber dónde queremos situarnos, en qué realidad. Existen realidades paralelas, y esto se ve en la película, con la psicodelia.
Es cierto que la anécdota que cuenta Keanu Reeves al final de la película, sobre una niña a quien no le importa diferenciar entre lo que es real y lo que no lo es, plantea dudas. No sé qué edad tiene la niña, creo que dice tener entre 13 y 14 años. Pero tal y como vemos hoy en día, existe el deseo de huir hacia estos mundos alternativos, ya sean virtuales o de otro tipo, un poco como bajo los efectos de una droga, con todo el placer que ello conlleva, pero también con todo el peligro. Se habla de adicción a los videojuegos, y sin duda es el término correcto, ya que se acaba por acostumbrarse y perder pie.
De lo que sí estoy convencido, y es lo que intento decir al final del documental, es que lo importante es poder distinguir entre la realidad virtual y la realidad sensible. Esto no significa que no haya que ir a la realidad virtual, pero hay que hacerlo concienzudamente.
El documental transmite valores universales, como el amor y la libertad. ¿Pensó en la dimensión internacional cuando lo escribió?
Benjamin Clavel: Sí, pensamos en este ámbito desde el principio, por un lado porque el tema central es norteamericano, entonces necesitábamos un apoyo en los Estados Unidos, en Hollywood concretamente. Los diferentes Matrix se rodaron en Australia, y la película tuvo un verdadero impacto mundial, no solo en Francia, sino en toda Europa y en el mundo entero. Cuando intentas construir un discurso sobre Matrix, hay que dirigirse al mundo entero, sin que el idioma sea un problema. De hecho, es interesante ver cuáles son las reacciones de los futuros y posibles compradores en Biarritz, ¡de ver que todos disfrutan por igual!
Hay una serie de cosas que crean consenso en seguida, tanto cosas negativas como positivas; por ejemplo, los centros de las grandes ciudades, que hoy en día son todos iguales, o los mundos imaginados colectivos, como el de Matrix.
He realizado un documental sobre Neill Blomkamp, que ha dirigido District 9, Elysium y Chappie y que acaba de estrenar otra película. Neill es de mi generación, y también le conmovió mucho Matrix; es de origen canadiense y sudafricano. Es estupendo poder compartir todo esto de esta manera
El año 2023 es el año del documental. ¿Hay un documental que le haya gustado especialmente y del que le gustaría hablarnos?
Benjamin Clavel: Hay un documental que me gustó mucho y que he vuelto a ver para hacer mi película, aunque hace ya algo de tiempo, y es el documental un documental sobre Kurt Cobain, dirigido por Brett Morgen, alguien cercano a mi familia, y que también es un director increíble. Pienso que este documental casa perfectamente la parte biográfica, la parte pintada y animada, con la músia y las imágenes de archivo.Para mí, es un buen ejemplo de escritura documental. También me gustan mucho Agnès Varda, Gianfranco Rosi o José Luis Guerín, un director español que dirigió sobre todo En construcción, que pude ver en ARTE cuando era más joven. Me impactó tanto, que creo que contribuyó en mi deseo de dirigir documentales, es como mi documental de cabecera. La manera en que se acerca a las personas es espléndida. No es un documental muy encuadrado ni muy compuesto, pero se acerca lo más posible a la gente. Está situado en una obra en Barcelona, en medio de la ciudad, los edificios ya se han demolido y ya han empezado a construir por encima. El documental narra la historia de los vecinos, que ven cómo se está transformando su barrio.
¿Tienen ya algunas ofertas para la venta de su documental en el extranjero?
Estelle De Araujo: Tenemos ya varias ofertas que estamos negociando. Se trata de un proyecto en el que hemos entrado en una etapa muy temprana, ya que hicimos el pitch en el Sunny Side. Ya habíamos trabajado con Bellota Film en otros proyectos, en otros registros. Y habíamos oído hablar del proyecto desde hacía tiempo, además correspondía con el tipo de proyecto que queríamos desarrollar en The Party Film Sales cen el ámbito de documentales audiovisuales, documentales sobre temas de cultura pop, muy unidos al cine. Un deseo próximo a los deseos personales, pero también cercano a lo que nos habíamos planteado como estrategia para las ventas en el extranjero.
Y entramos pronto en el proyecto porque lo hemos acompañado desde el Sunny Side, fue un buen momento para empezar a moverlo. Estuvimos presentes desde la escritura, que fue muy intensa, con muchas idas y venidas. Poder seguir este proyecto como vendedores ha sido una experiencia estupenda, poder empezar a moverlo con suficiente antelación. De hecho, es lo que intentamos hacer cada vez más a menudo, para crear el deseo, obtener los primeros resultados y las posibles compras anticipadas.
Cuando empezamos a enseñar el documental, recién acabado, fue antes de Biarritz, tuvimos el tiempo justo, pero lo conseguimos. Las primeras reacciones, tanto en Europa, como en Australia o en Nueva Zelanda y en el mundo anglófono, fueron muy buenas y alentadoras, con promesas de compra que ya van llegando.
Lo que nos ha ayudado mucho ha sido la videoteca en Biarritz, en lo que se refiere a este documental, los visionados han sido abundantes. Este Rendez-vous es muy fructífero, siempre auguran buenas carreras para el documental en el extranjero.
El mundo anglosajón ha mostrado gran interés, ¿lo mismo ha ocurrido en los Estados Unidos?
Estelle De Araujo: Va a ser todo un desafío, no es un territorio en el que quede mucho espacio. Pero hay un ángulo cine/sociedad, muy bien tratado en el documental, con un buen equilibrio. Quizás nos lleve más tiempo penetrar el mercado en los Estados Unidos, pero estamos insistiendo en ello.
¿Pudieron aprovechar el Rendez-vous de Unifrance en Biarritz?
Estelle De Araujo: Es un evento muy estratégico en el año, justo cuando empieza el curso escolar. Como vendedores que somos, nuestro tiempo sigue este calendario, de septiembre a junio. Es ideal poder presentar el documental en estas condiciones, con una verdadera vitrina para la película en la noche de clausura. También es el momento idóneo para ir al encuentro de los compradores, pudimos enviarles la película con anterioridad, esto funciona, las reacciones son más inmediatas. La temporalidad de la película ha sido perfecta, y es lo que nos habíamos planteado en nuestro plan de lanzamiento.