Sarasota, Yokohama, Acapulco. Estos son los recuerdos que nos trae a la memoria el quehacer de Daniel Toscan du Plantier en Unifrance.
Los habituados de la casa saben muy bien lo esenciales que son estos intensos momentos vividos en común tanto para las películas que van a ser presentadas como para la notoriedad de la cinematografía francesa en general. En cambio, los que siguen estos eventos desde la barrera, ya sea porque su obra aún no ha sido presentada, o porque piensan que pierden algo de su honor en participar o que consideran que, al fin y al cabo, no son más que un alarde mundano, son más difíciles de convencer. Daniel Toscan du Plantier nunca cejaba en su empeño y nosotros, llevados por él, tampoco.
Pero la Unifrance de hoy es mucho más que un mero escaparate y, de hecho, Daniel se sentía sobre todo orgulloso de todo el resto. De todo ese trabajo de hormiga para ir rascando, dia tras dia, mayores cuotas de mercado en todos los países. 55 millones de espectadores, nada menos, han visto nuestro cine francés en el año 2002. Un número casi idéntico al de los espectadores de nuestro cine en Francia. Daniel Toscan du Plantier se regocijaba al pensar que no faltaba mucho para que los resultados del cine francés en el extranjero superasen los nacionales, como le ocurrió al cine de Hollywood. Y no le faltaba razón, pronto lo veremos, en efecto.
Ha sido, cierto es, un inmejorable embajador del cine francés pero, además, ha sabido ser un incansable capitán de nuestro pequeño equipo e infundirnos, a todos, ánimos para que cada uno hiciera lo suyo lo mejor posible.Y a partir de ahora, desde luego, continuaremos. Continuaremos animando todos y cada uno de los estrenos comerciales en el extranjero, continuaremos respaldando a todos los talentos, a todos los productores, a todos los vendedores, a todos los distribuidores. Continuaremos buscando nuevos públicos, sobre todo en los países del Este, ingente cantera de espectadores. Continuaremos haciéndolo con entusiasmo y pasión porque, quien no viva así el cine y sus autores, no puede salir al mundo a presentarlo. Continuaremos porque Unifrance es una herramienta valiosísima que nos envidian todas las demás cinematografías y porque, hoy más que nunca, conviene reforzar nuestra acción para que el cine independiente perdure, se exhiba y, de mil maneras, relate la aventura individual y colectiva de una sociedad celosa de su libertad.
Continuaremos batallando para que vuestras películas cobren vida allende de nuestras fronteras. Y, puesto que Unifrance es la casa de todos, se os pedira una contribución aún mayor que hasta ahora. Y sabemos que sabréis responder.
Véronique Bouffard, Delegada General de Unifrance