La Chatte tiene atmósfera propia del cine negro, esta vez en su vertiente espionaje. Se podría haber rodado una producción de envergadura, pero los franceses simpatizan poco con la traición. La famosa espía se vendió al enemigo, aunque en la película es todo lo contario e incluso tiene un final trágico que no se corresponde con la realidad.
A pesar de su evidente modestia la película atrapa, la actriz principal enseguida se hace con el control de la intriga y es lo más convincente de sus elementos. Nos encontramos con secundarios muy habituales en el cine galo de aquella época, Bertrand Blier y Roger Hanin, protagonista del díptico El Tigre de Claude Chabrol.
Source : filmaffinity.com