El director de este cortometraje y su mujer son los dos bipolares (maniaco-depresivos). Juntos, luchan con ahínco contra esta enfermedad.
Hoy, Rodolphe Viémont va a filmar a Laurence: le gustaría hacer un retrato, seguramente también un autorretrato, sin caer en la vulgaridad o en el voyerismo, eliminando el aspecto anxiógeno de la situación. Finalmente, una película intimista y estética.
A Rodolphe y a Laurence les gustaría tener un hijo. Pero la bipolaridad es una enfermedad genética y el porcentaje de transmisión de la enfermedad es del treinta por ciento.