Lil’ Buck, joven prodigio de la street dance de Memphis, bautizado como "jookin", se ha convertido en poco tiempo en uno de los mejores bailarines de la ciudad, antes de aprender ballet.
De esta alquimia va a nacer un mito, el mito de un virtuoso que desafía la gravedad y unifica dos estilos, imponiéndose como una referencia para artistas como Yo-Yo Ma, Benjamin Millepied, Spike Jonze o incluso Madonna.