El Festival estadounidense recompensó dos cortometrajes franceses de los cuatro en concurso. Una prueba más de la excelente vitalidad del cortometraje en Francia.
Para un director francés el hecho de ser seleccionado para el Sundance Film Festival , ya representa de por sí una consagración. Imagínense pues la repercusión que tiene una recompensa en el mayor festival de cine independiente de los Estados Unidos, que desde hace algunos años, está abierto también al cine mundial.
Eso fue lo que ocurrió con dos cortometrajes, entre los cuatro cortos franceses seleccionados este año en el festival creado hace unos treinta años por Robert Redford.
Tempête sur anorak, de Paul Cabon (una producción Vivement Lundi !, foto), recibió el Premio del Jurado a la mejor película de animación. Una recompensa por la inventiva ilimitada, tanto en el desarrollo de la historia de espionaje como en el falso candor formal, y por su ambientación bien loca.
Laure Calamy (descubierta en gran medida en Un mundo sin mujeres de Guillaume Brac), por su parte, recibió un premio especial de interpretación por su papel en La Contre-allée de Cécile Ducrocq (Année zéro), donde encarna a una prostituta "bien instalada" cuyos negocios se ven amenazados de repente por la llegada de una joven competidora africana.