Unifrance se hace eco del llamamiento de los cineastas europeos, lanzado el 9 de abril de 2015, durante los encuentros con el nuevo cine francés en Roma (Rendez-vous avec le nouveau Cinéma français à Rome).
Con motivo de la 5ª edición del festival Rendez-vous avec le nouveau Cinéma français à Rome, el Institut Français Italia y la Ambassade de France en Italia, con Unifrance, la ARP y la Film Paris Région (Commission du film d'Île-de-France), en colaboración con Roma E Lazio Film Commission, acogieron el 9 de abril por la mañana una serie de debates sobre la mejora de la difusión del cine europeo en las cadenas de televisión y las plataformas de VOD así como sobre la situación jurídica del derecho de autor en Europa.
Dentro de este marco se dio a conocer el llamamiento de los cineastas europeos en favor de una mejor difusiión de las obras europeas en Europa y en favor de la protección del derecho de autor.
Los primeros en firmarlo fueron:
- Lucas Belvaux
- Emanuele Crialese
- Jean-Pierre Dardenne
- Luc Dardenne
- Dante Desarthe
- Matteo Garrone
- Costa Gavras
- Amos Gitaï
- Michel Hazanavicius
- Kamen Kalev
- Paul Laverty
- Mike Leigh
- Ken Loach
- Daniele Luchetti
- Ursula Meier
- Cristian Mungiu
- Rebecca O’Brien
- Jean-Paul Salomé
- Volker Schlöndorff
- Maurizio Sciarra
- Abderrahmane Sissako
- Paolo Sorrentino
- Béla Tarr
- Joachim Trier
- Fernando Trueba
- Wim Wenders
LLAMAMIENTO DE LOS CINEASTAS EUROPEOS
Los debates que animaron esta primera jornada de Roma ponen de relieve la misma urgencia; en un momento en que se ponen en tela de juicio los cimientos mismos del derecho de autor por parte de quienes, en Europa, sólo los ven como un obstáculo a la circulación de las obras, nosotros queremos rever en profundidad la forma de presentar nuestro cine y de hacerlo circular en nuestros países.
Nuestras películas, cada una a su manera, a través de la mirada de los cineastas, de la visión tanto extremamente personal como colectiva de Europa, son un testimonio de todas sus complejidades: su violencia y su alegría, sus caricaturas y sus realidades, sus conflictos y su unidad, sus aspectos absurdos y sus sueños...
Representan per se una forma de esperanza y sin duda contribuyen humildemente a la construcción de una identidad europea.
En un momento en que muchos países de Europa se enfrentan a nuevos movimientos oscurantistas que fomentan el odio, la luz de la esperanza también puede venir del cine.
Por este motivo es nuestra responsabilidad reflexionar para favorecer una mejor circulación de las obras nacionales a través de todo este continente, nuestro continente, tomando las precauciones necesarias, no obstante, para evitar que sea en detrimento de la vitalidad de nuestra creación.
No es normal que todas las cinematografías de Europa tengan tantos problemas para llegar a todos los públicos.
Por eso pedimos a las autoridades públicas en su conjunto, a las instituciones europeas, a las instancias nacionales de reglamentación cinematográfica, al EFAD o incluso a las cadenas e televisión, que reflexionen con nosotros sobre las medidas positivas en materia de difusión y promoción de las obras europeas, para que todo el cine europeo irrigue el continente.
Para ello habría que prestar atención a todos los medios de difusión:
- en las salas cinematográficas: hay que seguir esforzándose por eliminar los "desiertos" cinematográficos que aún persisten en numerosos territorios. Es necesario evitar tanto el cierre de las salas existentes como permitir la instalación de nuevas. No hay que dejar de lado a las salas independientes en lo que hace al equipo digital. Debemos prestar especial atención a las ayudas que facilitan y aceleran la distribución de películas en las salas a escala europea: estas siguen siendo el mejor lugar de encuentro entre el cine y su público.
- en las cadenas de televisión: desde ya pedimos a las cadenas de televisión pública que preparen una carta para la mejor difusión de las obras europeas, trabajando especialmente sobre los intercambio o las programaciones mútuas o recíprocas. Asimismo habrá que ayudarlas a desarrollar sus opciones digitales (en particular, la repetición de programas de televisión), con un modelo económico sano que conserve su valor. Disponer de una plataforma de difusión del cine independiente europeo deber ser un objetivo creíble. Esta idea puede originarse en las cadenas de televisión.
- en las plateformas de VOD: hay que repensar la reglamentación europea pertinnete para que puedan surgir actores europeos capaces de competir con los gigantes mundiales. Durante mucho tiempo el internet fue objeto de preocupación para nosotros, en particular debido a los estragos causados por la piratería. Queremos creer que hoy puede ser el mejor socio del cine europeo, inscribiéndose en un círculo virtuoso donde compartir valores, donde todos los operadores contribuirían a la financiación de la creación y que la convertiría en un medio excepcionar para mostrar nuestras obras.
Para ello la Comisión Europe debe adaptar sus directivas sobre los medios audiovisuales pero también sobre la fiscalidad. Debe apoyar dos objetivos: formentar el desarrollo de los actores europeos que financian y difunden el cine europeo así como incluir a los gigantes mundiales de Internet en la fiscalidad y la economía de la creación.
Con urgencia debemos imaginar una fiscalidad cultural para los actores globales de la difusión. Las pistas evocadas en Francia por la Ministra de Cultura y Comunicación, Fleur Pellerin, sobre la imposición de la anchura de banda nos parecen una vía pertinente que habría que estudiar así como la reflexión al respecto que habría que concretar.
Desde ya pedimos a la Comisión Europea, por intermedio del programa Europe Créative, que asigne los medios necesarios paa el subtitulado y la adaptación de las obras europeas en los demás idiomas del continente, con un alto nivel de calidad. La disponibilidad de nuestras películas en otros idiomas permite una mejor circulación de los filmes en las salas y ello a nivel europeo y mundial. Cada vez más vemos que la disponibilidad legal de las películas es también un elemento fundamental para combatir la piratería y prevenir sus efectos desastrosos para la creación. Sobre este elemento clave también es urgente que la Comisión Europea haga oir su voz e intervenga para apoyar las iniciativas tomadas en favor de la circulación de las obras en Europa y para combatir con eficacia y valentía el desarrollo de la piratería.
Compartimos con la Comisión Europea la voluntad de favorecer el acceso de todos a las películas. Estas constituyen un elemento esencial de la educación cinematográfica y, sin duda, también de la formación de la conciencia. Pero no nos equivoquemos con respecto a los medios de lograrlo: eso sería desastroso para el cine.
Hay que presevar nuestros valores comunes, el derecho de autor y la excepción cultural, para que sean el acicate de una nueva política cultural europea.
Roma, 9 de abril de 2015.