Yukiko Nakamura y Yuki Noguchi, Directora General y Directora de Sala respectivamente, de Le Cinéma Bunkamura de Tokio, han venido al Mercado de Cine Francés de Tokio, para apoyar con su presencia la difusión del cine de autor europeo en esta ciudad. Concretamente, van a programar en su cine Cézanne et moi, de Danièle Thompson y Un plus une, de Claude Lelouch.
¿Cuál es la política editorial de vuestro cine, el Cine Bunkamura?
Nuestro cine está situado en el barrio de Shibuya, en un centro cultural que además cuenta con una sala de conciertos, una sala de espectáculos, un museo, el café Les Deux Magots y nuestro cine. El cine que programamos va en consonancia con las personas que visitan este centro cultural: en la mayoría de los casos, es cine que habla de arte, de literatura, de baile, de pintura. Las películas japonesas quedan excluidas y, a menudo, pasamos cine francés, como The Paris Opéra, Reset, Cézanne and I, Rodin o Dior and I.
¿Es un público que se renueva con frecuencia?
Nuestro público está formado principalmente por gente de la tercera edad. También intentamos traer a niños o a estudiantes, pero los resultados son escasos. Aunque todo depende también de la película. Por ejemplo, cuando estrenamos El porvenir, lo hicimos pensando en un público de mujeres maduras, en conexión con el tema de la película. Pero Mia Hansen-Løve tiene bastante éxito entre mujeres cinéfilas más jóvenes, así que, al final, nos encontramos con un público más joven de lo que esperábamos. Lo mismo nos ocurrió con La vida de Adèle, que fue vista por un público muy variado. De todas formas, la película de Abdellatif Kechiche se estrenó en 3 salas distintas, no solamente en la nuestra.
¿Cuál ha sido vuestro mayor éxito en los últimos años?
Dior and I de Frédéric Tcheng, que cosechó 40 millones de yens (unos 320.000 euros). En este caso, entramos también como compradoras, lo que suele ser raro. Somos bastante exigentes como programadoras, ¡pero mucho más como distribuidoras! Tenemos que permanecer vigilantes para estar seguras de que el cine que elegimos vaya a gustar a nuestro público. De cara a los distribuidores, tenemos cierta influencia ya que, cuando dudan sobre una película que a nosotras sí nos gusta, al final van a arriesgarse y comprarla. Todo esto lo hablamos entre nosotros, creamos sinergia, compromiso mutuo. Cada año, organizamos un festival para poder conocer a los distribuidores cuyas películas nos interesa estrenar, pero que suelen ser demasiado caras. Si ocurre que el precio de la película baja, porque no le interesa a ningún otro distribuidor, al final somos el único cine que la quiere estrenar; ¡perfecto para nosotras! Luego, entran en juego la estrategia y el presupuesto. Y los espectadores. Si llegamos a los 10 000 espectadores, perfecto. Si conseguimos el doble, ¡ya ni te digo… !