Marc vuelve al piso en el que vivió una historia de amor caótica con Anna. La joven se suicidó tras la separación. Desde entonces, el piso lo ocupa una pareja que ha contactado a Marc para que se lleve las cosas de Anna. Pero en este piso, todavía demasiado vacío, en este ambiente particular y sombrío al que los nuevos inquilinos parecen adaptarse, todo le recuerda a Marc la presencia de la mujer muerta.