Michaël Steinberg tiene el síndrome de Cushing, una enfermedad hormonal con consecuencias psiquiátricas. Interno en la unidad de cuidados intensivos, Michaël intenta escapar de su cuerpo y alma enfermos a través del pensamiento, convirtiéndose en un elegante y ambicioso jugador en bolsa a quien todo le sonríe. Pero la enfermedad, todavía presente en su mundo inventado, deja entrever un personaje complejo que se está volviendo loco poco a poco, hasta llegar a matar.