Paulina, de 28 años, decide renunciar a una brillante carrera de abogada para dedicarse a la enseñanza, en una región pobre del interior de Argentina.
Enfrentada a un medio hostil, Paulina decide continuar con su misión pedagógica, símbolo para ella de un verdadero compromiso político. Aunque ello suponga dejar a su novio y traicionar la confianza de su padre, un importante juez de la región.
Poco después de su llegada, Paulina es agredida violentamente por un grupo de jóvenes, entre los que reconoce a algunos de sus alumnos. A pesar de la gravedad del traumatismo y de la incomprensión de su entorno, Paulina decide ser fiel a sus ideales y seguir adelante con su proyecto.