Al morir su marido, y tal como lo requiere la tradición aristocrática, la condesa de Montarbie d'Haust se ve obligada a legar el título de nobleza y la propiedad a un hombre de la familia. Aunque le gustaría donarlo todo a su hija, el único hombre es Gonzague, un sobrino arrogante y codicioso.
Un día llega al castillo Abdel, un joven de barrio, astuto e ingenioso, ¡cuyo encuentro con la condesa va a ser fulgurante!
Aunque provenientes de dos mundos opuestos, a lo mejor pueden ayudarse mutuamente...