En el 2011, Saeed, con veinte años y estudiante en ingeniería, se marcha de Damasco para vivir en la ciudad de Douma, en la Ghouta oriental, y para participar en la revolución de Siria. Más adelante, le acompaña su amigo Milad, pintor y escultor y estudiante por aquel entonces de Bellas Artes en la Universidad de Damasco.
En Douma, liberada por los rebeldes, el entusiasmo revolucionario se ampara de la juventud, después llegan la guerra y el asedio.
Durante más de cuatro años, Saeed y Milad van a grabar la vida cotidiana marcada por los bombardeos; los niños que crecen entre las ruinas, las risas, un franco-tirador que se acuerda de su madre, la música, la muerte, la locura, la juventud, la improvisación. En suma, la vida.
La radiografía de un territorio insumiso, una mirada con una intensidad excepcional sobre la guerra, en un movimiento de cine y de humanidad sorprendentes.