Durante el segundo día del Festival de cine francés de Japón , se han organizado dos clases magistrales, una foto de familia, cuatro proyecciones en el cine oficial del festival, el cine Aeon, situado en el último piso del centro comercial que linda con el puerto de Yokohama, y una cena de gala en homenaje a Claude Lelouch.
Por la mañana, Sébastien Marnier y Caroline Bonmarchand, director y productora respectivamente de la película La última lección , han mantenido una discusión abierta con los estudiantes de cine de la Universidad de Yokohama, en torno al tema «Cine comprometido: ¿Qué mundo para las generaciones futuras?». El joven cineasta ha reconocido, en particular, «sentir cierta empatía por los sociópatas». Lo que no impedirá a una estudiante declarar más adelante, y en francés : «Me gusta el cine francés porque sabe explicar bien la subtilidad de la vida».
La magia también ha surgido en la Universidad Geidai, cuando Michel Ocelot ha acudido a dar su clase magistral con un montón de dibujos y figuras recortadas en papel, para presentarlas de cerca ante los estudiantes presentes.
A las 14h, toda la delegación ha subido a bordo del barco del Festival, atracado debajo del hotel, para hacerse la “foto de familia”.
Durante el resto del día, se han organizado cuatro sesiones de cine, dos de las cuales han contado con la presencia de los artistas. En primer lugar se ha proyectado The Sisters Brothers y en segundo lugar, Mi vida con Amanda. El actor Vincent Lacoste y el cineasta Mikhaël Hers se han prestado para charlar con el público, han posado para las fotos y han firmado autógrafos. A continuación, le ha llegado el turno a Hirondelles de Kaboul, tras la cual ha seguido un debate y una sesión de autógrafos para las cineastas Zabou Breitman y Éléa Gobbé-Mévellec. No es tarea fácil presentar una película de animación en Japón, cuna de este arte. Pero el público japonés ha acertado debidamente con las preguntas adecuadas, en especial a cerca de la violencia de la historia, que nos conduce a una realidad actual. «El cine de animación permite establecer la distancia necesaria para representar de manera justa este relato violento, y al mismo tiempo puede exigirle al espectador cierto compromiso para que se apropie de la historia a nivel emocional», ha explicado Éléa Gobbé-Mévellec. Y para finalizar, la última proyección ha sido de Ghostland, dirigida por Pascal Laugier.
Y por la noche, cena de gala en honor de Claude Lelouch, que ha llegado a Japón el mismo día por la mañana. Coincide en esta ocasión con Keiko Kishi, gran actriz japonesa que sigue haciendo cine y que estuvo casada un tiempo con el cineasta francés Yves Ciampi. Keiko Lishi fue, junto con Jeanne Moreau, una de las incitadoras de la primera edición del Festival de cine francés de Yokohama, en el año 1993. Por otro lado, la Keio Light Music Orchestra ha rendido un bello homenaje al recientemente fallecido compositor Francis Lai antes de proyectarse Plus Belles Années d'une vie ante un cine lleno.