Serge Toubiana, presidente de UniFrance, rinde homenaje al director Bertrand Tavernier, fallecido este 25 de marzo del 2021, a los 79 años de edad.
La noticia acaba de llegar, implacable y aterradora: Bertrand Tavernier acaba de morir, en el año de su octogésimo cumpleaños. Desaparece un hombre entregado a la causa del cine, un hombre con una vida completamente dedicada y consagrada al arte del cine, vivida con pasión, intransigencia, inteligencia y generosidad. Fue jefe de prensa, crítico y periodista, ayudante de dirección, guionista y productor, antes de dirigir su primera película, El Relojero de Saint Paul, en el año 1974, la adaptación de una novela de Georges Simenon. Que la fête commence, El Juez y el asesino, Dos inquilinos, La Muerte en directo, Une semaine de vacances, 1280 almas, Mississippi Blues, Un domingo en el campo, hasta Quai d'Orsay en el 2013. Añadiremos su amor por el jazz (Alrededor de la medianoche en 1986), sus conocimientos en Historia (La Pasión de Beatriz, La Vida y nada más, La guerra no declarada, etc.).
Dentro del cine francés, aunque también a nivel internacional, Tavernier ejercía una especie de «magisterio» moral y político, cuya legitimidad nadie se atrevía a poner en duda, adquirida a través de los diferentes cargos que ejerció a lo largo de su vida. La defensa del cine de autor (su compromiso militante y constante dentro de la SACD), la de los cineastas franceses o extranjeros injustamente olvidados o no reconocidos, su pasión por el cine de patrimonio, su papel histórico como presidente del Institut Lumière, en donde desempeñó en cierta manera el papel de mentor de Thierry Frémaux, su director general.
Bertrand Tavernier hablaba del cine, clásico o contemporáneo, con delectación y generosidad, expresando un conocimiento perfecto de sus misterios, tanto del cine francés de antes o de después de la guerra -véase su admirable serie Las Películas de mi vida, por Bertrand Tavernier, constituida por numerosos episodios, como del cine americano, inglés, italiano, etc. Encarnaba una forma de cinefilia universal, generosa y puntillosa, en todo sentido «experta», sin dejar de maravillarse ante el descubrimiento de joyas, expresando una extraordinaria curiosidad que gustaba compartir por encima de todo con los demás. A través de una prolífica obra (cortometrajes y más de treinta películas, ficciones y documentales) dirigió a los más grandes actores y actrices del cine francés. Bertrand Tavernier no era nunca parco en consejos y recomendaciones, libros, discos o películas. Vivía para el cine y la cultura, al alcance de todos. Ese fue el sentido de su compromiso, a la vez político y moral. La causa de toda su vida.
Serge Toubiana