Un lugar por el que luchar, dirigida por Romain Cogitore, y presentada ante el público y los profesionales españoles en Madrid, en junio pasado, durante el evento Francia está en pantalla, es la primera creación original francesa para Disney+. Un lugar por el que luchar se puede ver en el mundo entero desde el 7 de julio en esta plataforma, y cuenta una historia de amor imposible entre un policía infiltrado y una activista medioambiental.
Nicolas Dumont, productor de la película para Chi-Fou-Mi Productions, cuenta la génesis del proyecto, la colaboración con Disney+, así como las diferentes bazas de la película para su expansión a nivel mundial.
Unifrance: ¿Cómo se les ocurrió la idea de producir este telefime?
Nicolas Dumont: Lo que nos mueve en Chi-Fou-Mi Productions, es la idea de entretener al público y al mismo tiempo darles materia para reflexionar, y al contrario. Cuando Romain Cogitore nos presentó el proyecto, hubo un tema que nos gustó mucho, el de las zonas a defender, las ZAD, inéditas en la ficción. Cuando se produjo este encuentro, la idea de la ZAD ya existía colectivamente con Notre-Dame-des-Landes. Hoy en día, cuando hemos estrenado la película, el tema está todavía más de actualidad a raíz de los sucesos de Sainte-Soline. Romain buscaba la manera de contar una historia de amor imposible situada en la actualidad y entonces pensó en este contexto muy original, en el encuentro entre un policía infiltrado y una activista medioambiental. Contaba con varios testimonios, sobre todo con el de un policía inglés infiltrado que vivió con una falsa identidad durante varios años, durante los cuales conoció a una chica y construyó una vida de familia. Era el punto de partida de la película, pero con la idea de tratar el tema con un punto de vista desde dentro, añadiendo una dimensión de intriga, y además tratando un tema de actualidad: el compromiso social, la ecología y la historia de un colectivo, tanto a través de la ZAD como de la familia.
¿Cómo fue el trabajo de escritura? ¿Cómo Romain Cogitore consiguió retranscribir de manera fidedigna el mundo de difícil acceso de la ZAD?
ND: La verdadera fuerza de Romain es su sentido novelesco, pero sobre una base muy documentada. Romain es una persona muy comprometida, no solamente con los valores que defiende, sino también en la manera en la que trata estos temas. Para poder describir el mundo de la ZAD con la mayor veracidad posible, estuvo largo tiempo en la ZAD de Notre-Dame-des-Landes, y así poder reconstituir los personajes y el ambiente de la película. Éstos se han basado en el material fotográfico que obtuvo tras su paso por las diferentes ZAD en las que estuvo. Había que evitar caer en la caricatura, o alejarse de lo que había experimentado. Este trabajo de documentación supuso la base de la película, después había que añadir el romance, esta historia de amor y su dimensión melodramática.
La película se basa en el antagonismo entre los dos personajes principales, que acaban enamorándose, a pesar de que son diametralmente opuestos...
ND: En el mundo de hoy en día, cuanto más avanzamos, más raro es encontrar historias de amor indisolubles, ya que cada vez hay menos barreras para las historias de amor. La idea de jugar con un policía que va a robar una identidad y de poner juntos a dos personajes con una ideología totalmente opuesta, va a crear esta situación. Por un lado, tenemos a Greg, interpretado por François Civil, un policía infiltrado y entregado totalmente a la causa, que cree en el respeto del orden desde una dimensión muy republicana; y por otro lado, tenemos a una militante ecologista, interpretada por Lyna Khoudri, quien piensa que la democracia está representada en el bien común y que el medio ambiente y la protección de los bosques pertenecen al pueblo. Además, el encuentro de estos dos personajes empieza a partir de una mentira. Tenemos pues todos los ingredientes para construir una historia de amor en su dimensión más dramática.
Esta película es a la vez un thriller sentimental y militante, ¿cómo se posiciona en este cruce de géneros?
ND: Hoy en día, las propuestas para el cine y para el audiovisual tienen que ser necesariamente muy claras. Tenemos que rendir homenaje a Disney+, ya que nos ha apoyado durante todo el proyecto que, a la base, se presentó en una forma híbrida. Hoy en día, podemos calificar la película como un melodrama que empieza desde el punto de vista de una película de un infiltrado, con la ZAD como tela de fondo, y con la cuestión del compromiso político y ecológico.
¿Cómo se constituyó el equipo artístico?
ND: Respecto a la imagen, queríamos aportar una auténtica dimensión cinematográfica al proyecto. Solicitamos a Julien Hirsch, un director de fotografía de renombre, que obtuvo un César con Lady Chatterley. A Romain le gustó particularmente el trabajo de Julien en The Family, de Fabien Gorgeart. Ello le inspiró para seguir lo más cerca posible a los personajes, sobre todo en la primera parte de la película: el punto de vista es la espalda de Greg, su aliento, su nuca. Respecto a los decorados, Pascale Consigny logró un trabajo formidable en Ogros, de Léa Fehner, película que también inspiró mucho a Romain. En todo momento, hemos querido rodearnos de un equipo experimentado y con los mismos valores que acompañan al proyecto. Esto era de suma importancia para nosotros.
Respecto al reparto, pudimos contar con la presencia de François Civil enseguida. Ya había trabajado en la primera película de Romain y formaba parte del proyecto desde el principio, a pesar del largo tiempo invertido en el desarrollo de éste. Aunque no lo comenta mucho en los medios de comunicación, es alguien con una verdadera conciencia ecológica. Después se unió Lyna al proyecto. Romain quería también contar con ella desde el principio, ya que esta pareja desprende una auténtica imagen de modernidad.
Y respecto a la música, Mathieu Lamboley ya había trabajado con Romain. Para estar lo más cerca posible de la realidad, Mathieu decidió trabajar con dos instrumentos. Por un lado, la batucada, el gambe, un instrumento algo olvidado. La idea era de enfrentar los dos universos. Y el resultado es una música bastante buena, cuya banda sonora va a ser comercializada paralelamente al estreno de la película.
¿Cómo transcurrió el rodaje y la reconstitución de este mundo de la ZAD?
ND: El rodaje transcurrió de maravilla. Estábamos un poco impresionados por el gran número de figurantes, de los cuales casi dos tercios eran verdaderos militantes de la ZAD. Teníamos casi 200 figurantes. Pero todo ocurrió de maravilla, todo el mundo estuvo muy atento y entregado, casi no nos hizo falta dirigir a los figurantes. Fue una gran suerte para la película, de hecho, se nota en la imagen. Estaba claro que era imposible rodar en una ZAD de verdad, por razones de confidencialidad y desde el punto de vista ecológico. Hicimos el rodaje intentando preservar lo más posible el medio en el que trabajamos, cuando tuvimos que reconstruir integralmente una ZAD. Insisto de nuevo en el formidable trabajo de Pascale Consigny y del jefe de decorados Gérard David, que se basaron en el material fotográfico que aportó Romain.
¿Cómo decidieron trabajar con Disney+?
ND: Cuando nos reunimos con Disney+, la plataforma ya había empezado a trabajar las series en Francia. Acababan de anunciar la serie Oussekine, pero de momento solo pensaban trabajar con series. Entonces les propusimos nuestros diferentes proyectos de series, no solo Un lugar por el que luchar. El lenguaje que utilizó Disney+ fue el que cabría esperar de una empresa cinematográfica y Romain se mostró muy receptivo. Por entonces, empezaban a comunicar sobre Oussekine. Empezar con las series con un proyecto como ese supone una gran valentía. Igualmente, me parece muy loable y virtuoso empezar con los telefilmes con Un lugar por el que luchar. Ello demuestra una gran valentía respecto a un tema bastante original y marca la diferencia de Disney+ respecto a las inversiones de las otras plataformas en los telefilmes.
También teníamos en mente la idea de producir algo popular y grande. Desde el principio, además del interés por el proyecto, por el reparto, de las ganas de trabajar con Chi-Fou-Mi y con Romain, sentimos que en Disney+ tenían un verdadero respeto por el texto, por el autor y un reconocimiento por el trabajo del productor. Sentimos que no iban a desnaturalizar la propuesta original. Desde la lectura del guión hasta el final del montaje, ha existido el respeto mutuo y hemos podido contar con una libertad editorial absoluta.
Para Disney+, el melodrama y la película de un infiltrado son también códigos, formas de narración totalmente universales, que van a interesar tanto a una audiencia francesa como extranjera. Aunque la ZAD es un espacio ligado a Francia, el reto era presentarlo de manera que llegara a un público exterior a Francia. François y Lyna son muy conocidos en Francia, pero a penas empiezan a serlo fuera de este país: Lyna por su trabajo con Wes Anderson y François en la película Los tres mosqueteros - D'Artagnan o también en BAC Nord, vendida en el mundo entero en Netflix, excepto en Francia, y con muy buenos resultados. Tuvimos claro que Disney+ quería llevar a cabo un proyecto de peso para Francia, pero también un proyecto cuyos códigos son universales y pueden atravesar las fronteras.
¿Tuvieron un enfoque diferente al producir para Disney+?
ND: En absoluto. Cuando fuimos a su encuentro, establecimos un presupuesto que correspondía con el coste real de fabricación de la película. No hubo debate sobre el presupuesto. La producción, contando con la composición del equipo técnico, el reparto, la manera de rodar, fue como para un estreno cinematográfico. No hubo adaptación ninguna. Tanto del punto de vista editorial como del financiero, hemos tenido la suerte de contar con los medios y la libertad para hacer la película que queríamos hacer, y creo que eso se refleja en la imagen.
Una historia construida con códigos universales, un reparto con jóvenes actores de reputación creciente, las bazas de la película para el mercado internacional no son pocas…
ND: Una historia y un reparto de calidad, una imagen trabajada de manera particular, un bonito decorado, una música original: el proyecto cuenta con una coherencia artística respecto a la veracidad, pero también respecto al aspecto inmersivo. La película también se basa en una tensión que sustenta el relato, sobre la revelación de la verdadera identidad de este agente infiltrado y los daños colaterales que va a causar. Cuando vuelve, descubre que tiene un hijo. Descubrir la paternidad y asumir sus responsabilidades es un tema totalmente universal con el que se puede identificar el público de todo el mundo, e incluso conmoverse.
¿Cuáles han sido las primeras reacciones del público, sobre todo después de su presentación en Francia está en pantalla en Madrid o en Cabourg?
ND: Cuando se está familiarizado con el guion, es fácil olvidar el efecto que pueden tener los giros del argumento. Los mejores momentos de las proyecciones a las que hemos asistido han sido las reacciones del público cuando Greg descubre su paternidad y cuando se conoce su verdadera identidad. Las reacciones han sido muy positivas sobre la originalidad del tema y el hecho de descubrir este mundo de la ZAD, poco conocido. Es estupendo ver el potencial emocional de la película. El público francés y los primeros espectadores extranjeros, que han sido españoles en este caso, han reaccionado de la misma manera. Es tranquilizador ver cómo reacciona el público francés o internacional.
¿Tienen previsto utilizar otros festivales para promocionar la película?
ND: ¡Nos encantaría poder participar en otros festivales, a través de Disney local o de Unifrance! Es importante señalar que existe un verdadero compromiso por parte de las plataformas, en este caso de Disney+, por los proyectos ambiciosos, menos calibrados de lo que pudiéramos pensar, con un verdadero respeto por los autores y los productores que representan los proyectos. Aunque trabajamos con Disney+, Disney sigue siendo una empresa cinematográfica de verdad, que ha cumplido 100 años este año. Además, siempre nos gusta ir al encuentro del público extranjero con nuestras obras. Me gustaría mucho utilizar los festivales para darle una nueva vida a la película en los diferentes países. Ello supondría una oportunidad que tanto a nosotros como a Disney+ nos gustaría mucho aprovechar.