Mehdi, novelista argelino, falto de valor para hablar, escribe en medio de esa violencia ambiente que se apodera de todos sin distinción.
Mehdi se busca un escondite donde poder existir: es funcionario municipal en Argel y trabaja para el Servicio de Fallecimientos. El resto del tiempo lo pasa recluído, o casi, rodeado de cuartillas emborronadas de palabras amorosas y de un sol abrasador.
Enfrente, está Ania, hija de europeos, esa mujer de al lado que tanto se asoma a la ventana. Mehdí se siente cohibido, agobiado. ¡Con el miedo que tiene de trasladar a los demás la amenaza que pesa sobre él!
Pero Ania le suele llevar té aún sabiendo que puede encontrarse la puerta cerrada…