Durante el rodaje de un re-make de bajo presupuesto de Citizen Kane, un actor muere en el plató, lo que les obliga a parar el rodaje. El productor, un manipulador, se encuentra ante el dilema de parar el rodaje y asumir unas enormes pérdidas financieras, o bien continuar, cueste lo que cueste. Lo que supondría rodar con un actor muerto.