Aquella mañana, Tarek estaba cortando rosas, con pinta de ausente. Había pasado una mala noche. No era capaz de proyectar su futuro en nada concreto. Para llegar a una parálisis total, dulcemente. Aquella mañana, Tarek estaba cortando rosas. Lo que tenía que pasar, pasó. Y las cosas empezaron a cambiar.