Thomas tiene treinta y cinco años y ha decidido que no saldrá a la calle nunca más. Thomas vive en una caravana, guardada en un hangar, en el centro de una gran ciudad, donde recibe a su familia, amigos y vecinos. Thomas también organiza fiestas. Fiestas dionisíacas. Cada día, Thomas celebra el rechazo que siente hacia la sociedad. Y lo hace alegremente, con furia.