El Festival de Cine Francés en Japón - 2010 organizado por uniFrance tuvo lugar del 18 al 22 de marzo en Tokio.
Los 14 largometrajes y los 9 cortometrajes seleccionados para el Festival de Cine Francés de Tokio se proyectaron en el complejo multicines Toho del barrio de Roppongi Hills, en pleno centro de Tokio, en la gran sala de un aforo de 644 localidades, en presencia de los artistas venidos a respaldar sus obras.
La delegación capitaneada porJane Birkin contaba con varios nombres importantes de la cinematografía francesa: Arnaud Desplechin, Laurent Cantet, Bruno Dumont, Cédric Kahn, Catherine Corsini, directores tan populares como Jean-Pierre Jeunet y Radu Mihaileanu, el director Gaspar Noé, otros más jóvenes como Mia Hansen-Love, Christopher Thompson y el director Benoît Pétré, actores como Mathieu Amalric, Anne Consigny y Cécile De France, pero también caras nuevas: Élisa Sednaoui y Alexeï Guskov. Todos los artistas tuvieron ocasión de debatir con el público después de cada sesión, en ciertos casos, acompañados por artistas o críticos de cine japoneses. Hubo igualmente sesiones de autógrafos a los que tan aficionados son los japoneses.
El festival dio inicio extendiendo una alfombra roja delante del cine y presentando a la delegación de artistas ante una sala repleta de público, justo antes de la proyección de Micmacs à tire-larigot.
El público hizo los honores a las obras presentadas siendo el número de espectadores de 8000 en 5 días, 80% de la capacidad de las salas. Durante dos « Noches de Cine », el público tuvo ocasión de ver las obras, una de ellas giraba en torno a tema de « Amar al estilo francés » tema común a varias cintas: Les Regrets, Partir, Hadewijch y Bus Palladium. El premio del público correspondió a la película Le Concert de Radu Mihaileanu.
Completaron el programa otros muchos actos. Con motivo del Festival, el Instituto franco-japonés - Tokio organizó una retrospectiva completa de Alain Resnais, cuya última obra, Les Herbes folles, fue presentada en el cine Eurospace de Shibuya, en presencia de Mathieu Amalric y de Anne Consigny. El Instituto dedicó igualmente otra retrospectiva a Laurent Cantet quién presentó Entre les murs. Por último, el director Bruno Dumont dio una clase magistral en la Escuela de cine de Tokio.
De los 14 largometrajes presentados, 9 ya cuentan con fecha de estreno en los próximos seis meses por lo que los artistas presentes se prestaron generosamente a conceder entrevistas a la prensa japonesa. El Festival sirve también de trampolín a las cintas previstas para estreno en los meses siguientes y la participación especialmente nutrida este año de distribuidoras japonesas demuestra que el festival cumple realmente ese papel. 5 cintas de la selección no contaban aún con distribuidora para Japón por lo que los vendedores de las mismas presentes en Tokio aprovecharon la visibilidad proporcionada por el Festival para entablar y cerrar tratos con posibles distribuidoras interesadas. Ya previamente, se habían organizado proyecciones especiales unas para compradores, otras para la prensa, de todas las cintas seleccionadas.
Paralelamente al Festival, todos los años se monta igualmente un mercado cinematográfico en el que participaron este año 25 sociedades francesas venidas a negociar con compradores nipones. En un salón de bar privado del Grand Hyatt de Roppongi Hills, se concertaron, en efecto, un gran número de citas que culminaron en varias ventas. Según los participantes, el mercado cinematográfico francés de Japón es tanto más importante cuanto que los japoneses no suelen asistir a menudo a los de Berlín, Hong Kong y ni siquiera al de Cannes. Dado el contexto japonés tan difícil para la cinematografía extranjera en general - 57% de cuota de mercado monopolizada por el cine nacional – tanto el mercado como el propio Festival de Cine Francés en Japón sirven de vitrina de muestra y de foro de negociación para nuestras obras.