Visitando la sala Marcel Duchamp del museo Beaubourg en París, Zack y Seb descubren que el porta-botellas cubierto de polvo y olvidado en el sótano de la casa de los padres, es la imagen clavada del mismo que ha hecho Duchamp. Se suceden a continuación una tentativa de venta del objeto a una galería de arte, una lección sobre el gesto artístico, y un giro radical de los hechos que termina en un suceso.