Grégory es el nuevo actor de moda, con una cara bonita, recién salido de un programa de tele-realidad, y con dificultad para encontrar su lugar en un París aburrido. El éxito de su primera película le ha aportado una arrogancia irritable que no duda en compartir con los demás. Pero, su evolución artística es rápidamente cuestionada. El espectador erra entre su vida de joven estrella y su subconsciente, reflejo de un mundo mediático despótico. Buscando la persona que le pueda aconsejar para su próxima película, Grégory decide conocer a Lucien, que es un "maestro filósofo", asceta septuagenario que viven en una ruralidad floreciente.