Un hombre se despierta un día con un terrible dolor de muelas. Aguanta el dolor como puede, y va a ver al dentista. En su boca, dos de sus dientes (chico y chica) están arrinconados por una carie enorme. Los dientes deciden salir de la encía para afrontar al agresor, aunque ello suponga hacer sufrir más al pobre dueño de la boca.