Preparado para entrar en escena disfrazado de unicornio, Ted recibe un mensaje de su mujer embarazada: ¡su hijo está a punto de nacer! ¡Zafarrancho de combate! Ted se escapa enseguida del teatro y comienza un recorrido por las calles de París, para llegar a tiempo al parto. Pero, claro, cuando uno está vestido de unicornio, no puede ir a todas partes.