"En la costa normanda, con los pies en el agua, frente a las olas y a los vientos o al borde de los acantilados, la luz atraviesa las nubes y el agua suspendida me moja la cara. Cuento lo que veo, lo que los impresionistas venían a pintar.
Pero la imagen de este cortometraje no desea permanecer fiel. Se mueve. El paisaje se transforma. Los colores se aplastan contra la pantalla. Algo está pasando aquí".