Boule y su familia viven tranquilos y felices. Bill está perfectamente integrado en la familia, a Boule le va muy bien en el colegio, su madre da clases de piano y su padre es un dibujante famoso.
Pero las cosas cambian cuando la editora de los cómics, una señora gruñona y malhumorada, decide no publicar más sus dibujos. La editora piensa que tanta felicidad es negativa para la creatividad del dibujante. El padre de Boule vuelva a casa con el propósito de sacar a la familia de esta beatitud y empieza a hacer un montón de "tonterías".
Boule y Bill, y también la madre, se apuntan al carro de las travesuras, hasta que todo explota.