Adèle acaba de perder a su hijo adolescente, fallecido en una pelea entre bandas. Como la investigación no avanza, no consigue hacer el duelo, lo cual la aleja de sus dos otros hijos, Mariam y Djibril. Pero tras una violenta agresión del joven Tarick, Adèle se convence de que tiene que tomar cursos de boxeo. La impunidad del tráfico de drogas y de la delincuencia provoca tensiones, sobre todo hacia Tarick, que ve cómo disminuye el negocio. Adèle tendrá que demostrar valentía y combatividad para proteger a sus otros hijos.