Un pueblo de la costa al que ha llegado Internet.
"Mathieu ha sido el primero", dice Nana en el prólogo. Y es así como Nana, Princesa caprichosa y sin tabúes, declara la guerra a las redes sociales, para seducir, igual que su hombre. Para ella, el sexo no es nada y los sentimientos, menos todavía. Pero las chicas de la costa la van a liar, aliñando los juegos del amor y del azar con burlas insensatas. El deseo y los amores contrariados van y vienen, a ritmo de clic, como al ritmo de las olas, dando pie a situaciones tan irreales y alocadas como si fueran verdad...