Paul no acostumbra a volver a la propiedad familiar y si hoy lo hace es porque su padre está enfermo. Inmerso sin querer en el mundo de su infancia Paul vuelve a ver a todos los que conoció entonces - sus padres, su amigo del alma, una joven vecina. Poco a poco se siente culpable de haberse alejado de los suyos, se arrepiente incluso de haberlo abandonado todo. Entonces intenta recuperar el tiempo perdido siendo bueno y generoso, empezando de nuevo, como si no hubiera pasado nada, para darse una segunda oportunidad.