Una prostituta mayor tiene que verse con un cliente distinto de los demás. Sus caricias parece que no le afectan. La prostituta ha conocido multitud de clientes, es su trabajo. La estratagema que se imagina es preocupante, pues el cliente da por sentado una confianza ciega de éste en la mujer, a quien a penas conoce, y quien le propone una alternativa secreta, destinada a reanimar su deseo. Pero descubrimos que la prostituta ha interpretado con una intuición fuera de lo común el enigma de su pareja.