Todos conocemos a Jérôme Kerviel, el agente de bolsa que pasó de la noche a la mañana en el año 2008, del anonimato absoluto a tener el apellido más consultado en los motores de búsqueda de Internet... El corredor de bolsa de 31 años que estuvo a punto de hundir a la Socété Générale o incluso al sistema financiero mundial con sus arriesgadas operaciones... El hombre que, dos años después, fue condenado a cinco años de prisión, de los cuales tres en prisión firme y a pagar los daños e intereses más altos jamás aplicados a un particular: 4,9 millones de euros.
Las altas estancias de la "SocGen" se defendió aduciendo no tener conocimiento de las arriesgadas acciones de Kerviel. Sin embargo, al joven agente le iban las cosas de maravilla. A finales del año 2007, con datos en la mano, la empresa ganó gracias a él un billón y medio de euros. Algo nunca visto en las oficinas de bolsa del barrio de La Défense. En aquella época, Kerviel estaba en pleno éxito profesional. Sus compañeros de trabajo lo llamaban "el ganador" o "la máquina de hacer dinero". Era joven, atractivo... la envidia de todos los agentes que trabajan en bolsa y que tienen que aguantar las directivas cotidianas de los superiores, como: "Cuando tú ganas, yo también", o "Quien llega lejos, puede llegar aún más lejos".
Ya sabemos quién es Kerviel... pero no sabemos quién es Jérôme. Nadie habría podido decir del joven bretón que un día llegaría a ser agente de bolsa. Jérôme nació en el año 1977, en una aldea corriente de pescadores, en el Finistère bretón. Su vida de adolescente transcurrió con normalidad, junto a su hermano y sus padres, una sólida pareja de trabajadores. Jérôme continuó sus estudios, hasta la obtención de un DESS en finanzas (Diploma de Estudios Superiores Especializados).
En el año 2000, la Société Générale lo contrata y lo afecta a una "middle office", una especia de secretariado encargado de contabilizar las operaciones hechas por prestigiosos corredores de bolsa que trabajaban en la mítica oficina de mercados, considerada entonces como la mejor del mundo en productos financieros derivados.
Aunque Jérôme entró por la puerta pequeña, en seguida va a subir peldaños y aprender rápido. Muy rápido.