Bernard, cuarenta años, está de luto por la muerte de su padre. Cuando el ataúd llega al altar, de pronto le asalta una duda: el ataúd parece demasiado pequeño. Convencido de que no puede contener a su padre, Bernard decide intervenir. Frente a su familia escandalizada, no ve otra solución sino abrir el ataúd en plena ceremonia.