Alfred, joven parisino, se ha alejado de su gente dejando como único modo de comunicación su teléfono móvil. Un día se queda sin móvil durante el día entero. Ello le hará volver a descubrir su madre, su mejor amigo y su novia. El haber vuelto a encontrar a estas personas hará que Alfred tome consciencia del tiempo que pasa, de que nada está hecho y de que el contacto directo con los demás es la única manera de mantener los lazos. Este cortometraje es la historia de esta toma de consciencia, repentina, dolorosa, pero al final sana. La vida pasa tan rápido.