Leila y sus dos hijos, Sarah y Bilal, han dejado su tierra natal para instalarse en Francia. Sin papeles, y teniendo que buscar a su marido refugiado en Inglaterra, Leila quisiera ofrecer a sus hijos una vida mejor, e intenta sobrevivir educándolos en la clandestinidad. Cuando por fin recibe noticias de su marido y tiene el dinero necesario para irse con él, las cosas se complican.