Bastien cumple hoy veintitrés años, y se siente triste. Ha ido a su casa a cambiarse, donde vive con su abuela, Martine. Parece que su abuela escondiera algo, pues no para de dar vueltas en el pequeño piso parisino donde viven. Bastien se cierra sobre si mismo, preocupado por una carta que ha recibido en un sobre sin sello. Una carta que podría volver a abrir las heridas y torrentes del pasado.