Es por la noche. Philippe está encerrado en su casa con un misterioso búho tuerto como única compañía. Philippe vigila desde su ventana los habitantes del lugar. De pronto, ve a una joven perseguida por un hombre con un pasamontañas.
Philippe, testigo del asesinato de la joven, sale en persecución del asesino a través del laberinto del edificio. Amanece. Se ha cometido un crimen, pero la víctima no es la persona que se esperaba.