Odile es profesora de historia en un instituto de barrio. Tiene más de cuarenta y cinco años. Dos defectos imperdonables, según François, universitario brillante que la dejó sin más hace dos años. Denis, joven treinteañero de carácter relajado, en paro desde hace largo tiempo, solo consigue mostrarse sociable practicando una sexualidad estajanovista, sin control y ruidosa, como un instinto de supervivencia. Dos vecinos a quienes todo separa y que van a empujarse mutuamente cada uno hacia sus convicciones, allí donde las preguntas personales hacen más daño.