Adèle vive rechazada por su padre, condenada por las últimas palabras que éste le dirigió, a errar en solitario. Convertida en mujer, Adèle vive recluida en su propiedad, una prisión de aspecto idílico, donde la naturaleza es a la vez exuberante y fría. No lejos de allí, vive Louise, una niña marginada y rechazada por los suyos. Louise, fascinada por la belleza impasible de Adela, la observa de lejos. La distancia se va acortando poco a poco y la joven mujer recupera la sonrisa al contacto de la niña. Pero justo cuando estas dos almas solitarias se unen, la maldición vuelve a golpear y Louise se pone enferma.