Por la noche, los obreros escavan la arena de un foso. Al alba, se yerguen a su alrededor los rascacielos inmensos de una ciudad futurista, con poca actividad humana. Poco a poco, empiezan a aparecer los detalles, las piedras se despegan, cae la arena, los suelos se separan. Asentada frágilmente sobre sus bases, la ciudad parece moverse en un tiempo paradójico de destrucción y construcción, una futura ruina que será disuelta y volverá a su estado mineral.